lunes, 12 de septiembre de 2011

Los ninis, fracaso del Estado: especialistas

Laura Poy Solano
 
Periódico La Jornada
Domingo 22 de agosto de 2010, p. 2
La falta de oportunidades educativas, laborales y sociales ha hecho de los jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis) seres sin sitio social, sin coordenadas sociales a dónde ir, afirmaron especialistas en estudios de juventud y enseñanza. Esa condición, aseguraron, nada tiene que ver con estigmas o minimizar las labores domésticas. Son jóvenes a los que el Estado no ha dado futuro.
José Luis Pérez Islas, coordinador del Seminario de Investigación en Juventud de la Universidad Nacional Autónoma de México, destacó que debería ser alarmante para cualquier autoridad que de las 6.1 millones de mujeres menores de 29 años que no estudian ni trabajan, cerca de 50 por ciento se encuentren en condiciones de pobreza extrema. Su única fuente de subsistencia es la familia.
Agregó que la condición nini se agudiza conforme baja el nivel socioeconómico. La Encuesta Nacional de la Juventud 2005, indicó, revela que de los 7.4 millones de jóvenes de entre 12 y 29 años que no estudian ni trabajan –22.1 por ciento de la población nacional en ese rango de edad–, sólo 9.1 por ciento tienen nivel socioeconómico medio alto/alto, 15.1 medio, 25.1 medio/bajo, 29.7 bajo, y 32.2 muy bajo”.
Al menos un tercio de quienes no estudian ni trabajan, explicó, viven en condiciones prácticamente de sobrevivencia. A ello se suma que la mayoría son mujeres jóvenes que se están quedando en casa no porque quieran, sino porque han sido excluidas de las oportunidades educativas y laborales.
Destacó que, de acuerdo con su escolaridad, siete de cada 10 mujeres que no estudian ni trabajan concluyeron la enseñanza básica. Sólo 10.6 por ciento terminaron su bachillerato y 5.4 por ciento la licenciatura. En contraste, 61.3 por ciento de esos varones tienen estudios de primaria y secundaria, 13.6 egresaron de la educación media superior y 13.7 terminaron su carrera universitaria.
En su mayoría, indicó, los llamados nini tienen experiencia laboral, pues 54.2 por ciento de hombres han trabajado como obreros y 59.2 de mujeres han tenido empleos en el sector servicios. Es evidente que no son jóvenes que desean quedarse en casa. Han buscado trabajo y al menos 26.3 por ciento de varones y 11.5 de mujeres buscan dónde emplearse.
De los 7.4 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan, agregó, a 37.6 por ciento les gustaría seguir en la escuela, 38.4 preferiría trabajar y al menos 16.9 han pensado en emigrar hacia Estados Unidos.
Sin coordenadas
Manuel Gil Antón, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) en sociología de la educación superior, subrayó: lo que deberíamos tratar de resolver es por qué 7.4 millones de jóvenes no están donde deberían, es decir, en la escuela. No podemos caer en el error de considerar que las cifras son sólo números, son historias.
Sabemos que la población de 18 a 23 años es de 10 millones de personas, pero de ese grupo sólo 2.2 millones estudian. Así, la pregunta es dónde están 7.8 millones que deberían acudir a las aulas universitarias.
Sin posibilidades de educación ni empleo, apuntó, los jóvenes quedan fuera de los espacios institucionales de reconocimiento, es decir, están en la calle o en casa. Sin coordenadas sociales. Eso implica que no están desarrollando su talento ni sus habilidades. Consideró que lo grave de que 6.4 millones de mujeres de 12 a 29 años sólo realicen labores del hogar no es el tipo de actividad lo que debería preocupar, sino que probablemente nuestra sociedad no les ha dado otra opción. El problema no es dónde están y lo que hacen, sino constatar si es resultado de una elección libre o la cristalización del destino de los pobres.
María Eugenia Campo y Gabriela Flores, especialistas en temas de juventud, destacaron que más allá de etiquetas, el fenómeno de los jóvenes que no estudian ni trabajan demanda una visión profunda, que implique la propuesta de salidas, y no sólo quedarnos en la identificación de su problemática.
Agregaron que la sociedad “percibe como factor muy negativo a los llamados ninis, pues se asocia como positivo al joven que estudia y trabaja, y como algo muy negativo a quienes no logran insertarse en alguno de estos campos, lo que incrementa su condición de vulnerabilidad”.

En Puebla 160 mil jóvenes no estudian ni trabajan, asegura el Coespo

El gobierno federal se ha empecinado en asegurar que la población juvenil que no estudia ni trabaja es de 280 mil individuos en el país, pero el Consejo Estatal de Población de Puebla (Coespo) asegura que tan sólo en la entidad al menos 160 mil 379 personas en el rango abarcado entre los 12 y los 29 años pueden ser catalogados como "ninis", es decir personas que ni se preparan académicamente ni laboran.
El gobierno federal se ha empecinado en asegurar que la población juvenil que no estudia ni trabaja es de 280 mil individuos en el país, pero el Consejo Estatal de Población de Puebla (Coespo) asegura que tan sólo en la entidad al menos 160 mil 379 personas en el rango abarcado entre los 12 y los 29 años pueden ser catalogados como "ninis", es decir personas que ni se preparan académicamente ni laboran.
La secretaria técnica del Coespo, Norma Sánchez Valencia, aclaró que la cifra de "ninis" en Puebla puede ser conservadora, "dado el aumento de la pobreza, del desempleo y de la inseguridad que se ha gestado en los últimos 10 años en todo el país, pero que particularmente se ha agravado en los dos años recientes, como resultado de las erradas políticas económicas del gobierno federal".
Sin embargo, la funcionaria coincidió con el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Ramón Narro Robles, quien en un debate con las secretarías de Gobernación y Educación Pública ha asegurado que son 7 millones de jóvenes los que prácticamente viven en el ocio, mientras que las dependencias del gobierno de la República afirman que son sólo 280 mil.
De ser cierto lo dicho por la administración federal y contrastando con las cifras del Coespo, más de la mitad de los "ninis" estaría en Puebla; sin embargo, la realidad es que Puebla se ubica en el número 8 del total de entidades federativas con mayor número de "Ninis", pues ostenta 3.9 por ciento del total de los 7 millones de jóvenes desocupados.
La lista la encabeza el estado de México, con 15.4 por ciento del total de "ninis", seguido de Veracruz, el Distrito Federal, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Nuevo León y Puebla. Las entidades federativas con menos población juvenil desocupadas son Colima y Tabasco, con 0.4 por ciento del total cada una.
Sánchez Valencia entregó a esta casa editorial gráficas de un estudio titulado "Generación Nini", realizado por el Departamento el Investigación de Población y Desarrollo de la dependencia desde el año pasado, pero actualizado en marzo del presente y el cual contó con la asesoría de académicos de la Universidad de Oxford, que han estado efectuando análisis de población mundial.
La funcionaria explicó en una entrevista que aunque la Organización de las Naciones Unidas ubica el rango de población que debe estudiar o trabajar entre los 12 y los 29 años, en México ese sector está determinado entre los 14 y 24.
Con ese criterio se estableció la distribución porcentual de jóvenes según su actividad o inactividad, considerando que la población total de este sector es de un millón 46 mil 666 personas, equivalentes a 100 por ciento, de las cuales sólo estudian 487 mil 853, es decir, 46.6 por ciento; sólo se dedican al trabajo 183 mil 736 individuos, iguales a 17.6 por ciento del total; estudian y trabajan 207 mil 698 personas, equivalentes a 19.8 por ciento, y ni estudian ni trabajan 167 mil 379; es decir, 16 por ciento.
La encuesta aplicada por el Coespo a los "ninis" de Puebla muestra que sólo 1.1 por ciento tiene deseos de trabajar y 98.1 no.
Además, 37.5 por ciento considera que no ha obtenido trabajo por su apariencia; 34.1 por ciento dice que no lo tiene por la precaria situación económica del país; 14.2 por ciento, por su insuficiente preparación, y el mismo porcentaje, porque no hay empleo.
99 por ciento de estos jóvenes sin ocupación ya tuvo relaciones sexuales, pero sólo 23.9 por ciento conoce algún método anticonceptivo. 76.1 por ciento, no.
Un acercamiento a las concepciones en sus relaciones de género muestra el dominio de una cosmovisión machista, pues 96 por ciento está de acuerdo en que las labores del hogar son para mujeres; 97.3 por ciento supone que las féminas se guían por sus emociones y los varones por la razón; 97.6 por ciento piensa que en las familias donde la mujer trabaja se descuida a los hijos; sólo 23.9 por ciento cree que aunque la mujer no trabaje, el hombre debe colaborar con las tareas del hogar, y únicamente 3.3 por ciento está de acuerdo en que las muchachas y los muchachos deberían aprender por igual.
Además, 97.4 por ciento piensa que el hombre es el único que "debe mantener el hogar"; 96.6 por ciento considera que es "natural" que un varón gane más que una fémina, y 96.6 por ciento supone que el desempleo es menos importante para la mujer que para el hombre.
97.3 por ciento señala que su expectativa de vida es adaptarse a los acontecimientos y el resto si considera importante planear la vida.
Finalmente, 76.6 por ciento de los "ninis" poblanos señló que no tiene amigos; 21.1 por ciento asegura que tiene muchos amigos, y 2.3 por ciento que tiene pocas amistades.
Norma Sánchez Valencia manifestó que lo más preocupante en el caso de los "ninis" es que "sus expectativas de vida están truncadas porque no hay una política del gobierno federal para generar un sistema real que garantice la salud, la educación y el empleo; todos los esfuerzos están encaminados a la seguridad pública, que es un asunto importante, pero la verdad es más importante generar expectativas de vida; además, hay una realidad que no se puede negar: muchos de estos jóvenes son absorbidos por el narcotráfico porque prefieren eso a estudiar, a tener una maestría o un doctorado que no les reditúe nada y los mande a ser taqueros, a la economía informal; muchos de ellos prefieren andar a salto de mata durante tres años, para tener una vida que difícilmente pueden lograr con un empleo honrado y mucho menos con el subempleo o el empleo informal que fomenta el gobierno federal".

viernes, 9 de septiembre de 2011

México tiene más ninis

CIUDAD DE MÉXICO. Con 18.5 por ciento de jóvenes de entre 15 y 18 años que ni estudian ni trabajan, México supera la tasa promedio de ninis en América Latina (16.5 por ciento), informó Miguel Székely Pardo, director del Instituto de Innovación Educativa del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
De acuerdo con el experto, el país tiene una tasa de desocupación de estos jóvenes por encima de Brasil, Chile, Argentina, Paraguay, Panamá, Costa Rica y Ecuador.
Según un estudio realizado por ese instituto, otros focos de alerta están en Centroamérica; por ejemplo, en Honduras, los ninis de 15 a 18 años son 23 por ciento de ese rango de edad; mientras que Nicaragua y Perú registran 20 por ciento.
Sin embargo, en perspectiva internacional, detalla Székely Pardo, el problema se ha agravado en México en los últimos años, con 1.7 millones de ninis en esa edad, debido, principalmente, a la falta de opciones laborales.
“Si vemos los índices de educación y deserción, de hecho ésta se ha reducido, ha habido una ampliación en la cobertura de educación media en México, en 2006 la cobertura era de 58 por ciento y para 2010 esta cobertura llegó a 63 por ciento”, destacó.
En entrevista radiofónica con Martín Espinosa, para Grupo Imagen Multimedia, el ex subsecretario de Educación Media Superior de la Secretaría de Educación Pública (SE P), afirmó que lo que disparó la cifra es la falta de generación de oportunidades de empleo, al afirmar que “antes un joven dejaba la secundaria o la preparatoria y se ponía a trabajar”.
Pero, ahora, recalcó Székely, “dejan de estudiar y ya no están encontrando en el mercado laboral una opción, por lo que pasan a engrosar las filas de los llamados ninis”.
En el rango de 19 a 25 años de edad, el estudio del Instituto de Innovación Educativa del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey revela que son alrededor de 4.5 millones de jóvenes mexicanos que ni estudian ni trabajan.
Miguel Székely señala que entre los factores que han influido en esa problemática destaca la deserción escolar, no por falta de recursos económicos, sino por decisión propia, como es el caso de aquellas mujeres que se embarazan y dejan sus actividades escolares o laborales.
En este contexto, agregó el experto que 24 por ciento de los ninis viven en condiciones de indigencia.
En tanto, abundó que 70 por ciento de estos jóvenes proviene de familias donde el padre apenas obtuvo la educación primaria, lo que los pone en un alto grado de vulnerabilidad.
“(Los ninis) son los más proclives a la criminalidad. Están expuestos a riesgos de salud, de adicciones, de embarazos tempranos en las mujeres, pero sobre todo, de caer en actividades delictivas”, señaló el ex subsecretario de Educación Media Superior.
Székely Pardo destacó que para evitar que estos jóvenes se conviertan en “el combustible de problemas sociales como el narcotráfico”, es necesario impulsar políticas públicas de alto alcance, dirigidas en dos ejes: evitar la deserción de las aulas y mejorar la calidad educativa.
Porque, aseguró, de acuerdo con una encuesta realizada por el instituto que dirige, en los años 2006 y 2007 estudiantes de nivel medio afirmaron que abandonaban sus estudios porque acudir a la escuela les “aburría y no les servía”, lo que pone en evidencia, que el sistema de educación pública en México se ha vuelto obsoleto.

Ninis ¿Generación sin esperanza?

No estudian y no trabajan. Son millones de jóvenes en todo el mundo que se encuentran en especie de limbo existencial y que, desafortunadamente, son presa fácil de la delincuencia organizada, el narcotráfico y la violencia.
Se cuentan por millones y están por todas partes; es muy probable que conozcas a alguno e, incluso, que tú seas uno de ellos. Son los Ninis (ni estudian, ni trabajan), tribus de jóvenes y adolescentes que pasan inadvertidos para un mundo globalizado que les niega la posibilidad de desarrollar sus capacidades físicas e intelectuales.
Pudiera pensarse, en primera instancia, que este fenómeno se observa solamente en las llamadas “naciones en vías de desarrollo”, como México, pero la verdad es que ocurre en todos lados. En España, por ejemplo, el Instituto de la Juventud local acepta que casi 600 mil chavos se encuentran en estas circunstancias. En Argentina las estadísticas oficiales muestran que 20% de los jóvenes de 14 a 24 años pertenece a este “club”, y lo peculiar es que, al consultarlos, declaran no querer hacer nada. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 18% de los jóvenes uruguayos no estudia ni trabaja; porcentaje semejante se presenta en Brasil (19%) y Paraguay (21%). En el Caribe los adolescentes no se quedan atrás, ya que se estima que 20% tienen la etiqueta de Nini, mientras que en Centroamérica la situación es similar: 21% de la población de 16 a 29 años se inscribe en esta categoría.
Aunque hablamos ya de España, podemos decirte que si consideramos a Europa en su conjunto las cifras son verdaderamente alarmantes; sí, porque contrario a lo que pudiera pensarse, el porcentaje de jóvenes desempleados que “pasan el día en blanco” llega a 34%. Dicha cifra es sólo opacada por el índice registrado en África, donde 40% de los chicos están en el ocio completo.
México, un caso más
Desafortunadamente, México colecciona primeros lugares en temas como violencia, narcotráfico, corrupción e inmigración, así como en obesidad infantil y personas enfermas de diabetes (elevada concentración de azúcar en sangre por la incapacidad del organismo para aprovecharla).
En el caso del desempleo y la falta de oferta educativa dicha tendencia continúa. Los indicadores nos dicen que 7 millones de jóvenes pertenecen a la llamada Generación Nini; de ellos, 120 mil se encuentran en la capital de la República. Un dato complementario, ofrecido por la Secretaría de la Defensa Nacional, revela que en los últimos años 1,200 jóvenes han muerto en enfrentamientos suscitados entre los diversos grupos de narcotraficantes que existen en nuestra geografía.
Nelly Alarcón, encargada del área pedagógica de la dirección ejecutiva de tratamiento a menores del sistema penitenciario del Gobierno del Distrito Federal, explica que el entorno familiar donde se desarrollan los Ninis de México es de total abandono. Dicha falta de supervisión por parte de sus padres, dice la funcionaria, proviene de la necesidad de que ambos trabajen. Esta situación, aunada a la carencia de recursos para que los hijos puedan seguir su desarrollo escolar, promueve que haya gran ociosidad. “De allí a la delincuencia sólo hay un paso”, concluye la entrevistada.
Por su parte, el Dr. José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha subrayado la falta de oportunidades para los jóvenes mexicanos y el riesgo que esto implica, toda vez que muchos chicos creen que involucrarse con las organizaciones criminales es una manera de trascender socialmente. “Si seguimos confundiendo lo que es el éxito para una persona, si queremos pensar que alguien exitoso es aquel que en menos tiempo hace más dinero, estamos equivocándonos, y eso tiene que ver con el crimen organizado y con la búsqueda de salidas falsas que no llevan a ninguna parte”, ha dicho el máximo representante de la UNAM.
Análisis de primera
El Mtro. Sabino Bastidas Colinas, prestigiado analista mexicano especializado en política, leyes y administración pública, establece que la Generación Nini es problema muy grave, sobre todo porque la mayoría de los chicos que se encuentran sin trabajo y sin posibilidad de estudiar buscan alguna actividad productiva que les permita desarrollar sus habilidades, pero no la encuentran.
“Los Ninis viven en condición social de verdadera marginación, discriminación y exclusión social; son chicos que están obligados a mantener situación forzada de ocio frustrante, obligatorio, impuesto, incómodo, improductivo y, por supuesto, angustiante y doloroso. Son jóvenes desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar un lugar en la sociedad, que luchan para conseguirlo pero, sencillamente, no lo logran. Asimismo, están en busca de trabajos y universidades, que hacen filas, llenan formularios, acuden a entrevistas y exámenes, pero sólo reciben negativas”, enfatiza.
Es lamentable, dice el académico, que esta situación ocurra en una etapa muy delicada de la vida, precisamente en el inicio del desarrollo profesional, es decir, la fase donde se originan los primeros proyectos y se trabaja para cumplir los sueños que se han forjado. “En ese instante los Ninis están a la deriva, el camino se obstruye y no tienen ruta hacia ningún lugar cierto. Los chicos esperan una oportunidad, mientras sus padres comparten su angustia y ansiedad porque no saben qué decisión tomar”. Como consecuencia, señala Bastidas Colinas, el fenómeno influye en la autoestima de los muchachos, lo que hace que se sientan deprimidos y desorientados.
Educación
La estructura educativa de México es un embudo, dice el politólogo, por lo que tenemos exceso de oferta en los niveles más bajos de la pirámide poblacional y una gran carencia de recursos, profesores e infraestructura en los niveles más altos. Además, añade, “hay que señalar que los nudos sindicales, la falta de preparación de los docentes y la poca planeación académica nos ha llevado a un escenario que hace imposible ofrecer el servicio de educación superior a todos los jóvenes que lo demandan”.
En este sentido, el especialista cita un estudio presentado por la asociación Mexicanos Primero, en el que se afirma que sólo 13% de los estudiantes que ingresan a primaria en México concluyen una carrera profesional.
Un ejemplo más son las cifras arrojadas durante el proceso de selección de ingreso a las licenciaturas e ingenierías de la UNAM, la universidad pública más grande e importante del país, pues de las casi 115 mil solicitudes recibidas, deja fuera a más de 105 mil estudiantes. Algo similar sucede con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), ya que la demanda es de aproximadamente 110 mil jóvenes, pero rechaza a 88 mil 500 aspirantes.
Falta de empleo, una piedra en el caminoSi bien es cierto que la crisis económica mundial afectó directamente las expectativas del gobierno actual en materia de empleo, nadie puede negar que México le está fallando a sus jóvenes. Aunque las autoridades saben que deben crearse un millón de empleos al año para satisfacer la demanda, datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que durante 2009 se originaron poco menos de 110 mil.
El Mtro. Bastidas Colinas enfatiza que “son generalmente los jóvenes los primeros sacrificados en los recortes de personal y los últimos considerados en los procesos de reclutamiento. La tasa general de desocupación en México para el tercer trimestre de 2009 subió a 6.2, pero entre los jóvenes de entre 14 a 24 años se ubicó casi en el doble”.
Abunda el experto: “Al analizar esta situación nos preguntamos: ¿Cómo no ha pasado algo más grave en México? ¿A qué le apuestan las autoridades? ¿Piensan que el problema lo resolverá de manera natural la mano invisible del mercado?.
          

los ninis

Los Ni-Ni viven en condición social de verdadera marginación, discriminación y exclusión social; son chicos que están obligados a mantener situación forzada de ocio frustrante, obligatorio, impuesto, incómodo, improductivo, angustiante y doloroso. Son jóvenes desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar un lugar en la sociedad, que luchan para conseguirlo pero, sencillamente, no lo logran. Asimismo, están en busca de trabajos y universidades, que hacen filas, llenan formularios, acuden a entrevistas y exámenes, pero sólo reciben negativas.
En América Latina, según el Informe Mundial sobre la Juventud de 2007, en 2004 entre el 18 y el 20% de los adolescentes de entre 15 y 19 años no estudiaban ni trabajaban (Peñaloza, P. (2010)). En México no existe una cifra exacta sobre el número de Ni-Ni, por el contrario, existe una discusión entre diversos organismos del gobierno. Según el rector de la UNAM la cifra asciende a más de 7.5 millones de jóvenes (22% de la población de entre 12 y 29 años, de los cuales más de 6 millones son mujeres) (Peñaloza, P. (2010)). lo que contrasta con la cifra de menos de 300 mil jóvenes publicada por funcionarios de la SEP. Sin embargo, ambas instituciones (UNAM y SEP) están de acuerdo en que aunque sus cifras son diferentes, indican que hay una grave falta de oportunidades y aspiraciones en los jóvenes.
La crisis de la generación de los Ni-Ni se ha acentuado en los últimos años debido a que aunque las generaciones crecen en un ambiente de tecnología y democracia, tienen una gran dificultad para desarrollar un proyecto de vida y de emanciparse. Esta generación se enfrenta con condiciones laborales deterioradas: infraempleo y la no valoración de la formación educativa. Una de las razones por la que los Ni-Ni sufren de angustia es por la posibilidad de tener una calidad de vida inferior a la de sus padres. (Barbería, J. (2009)
Otra de las causas de la angustia en este grupo de personas se debe a que no le encuentran sentido a estudiar, si después de haberlo hecho les costará mucho trabajo conseguir un empleo relacionado con lo que estudiaron, por lo que deciden no hacer ninguna de las dos cosas y ocuparse su tiempo en ociosidades, lo que causa en ellos una sensación de sin sentido.